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El FIT CONTRA CUBA: UNA “IZQUIERDA” CON SABOR A BIDEN

Fidel-y-el-Che

Ningún país de América Latina tiene una lucha tan prolongada y dura contra EEUU como la patria de Martí y Fidel Castro. Ese solo hecho debiera bastar para que una fuerza de izquierda quiera apoyarlo. Y sólo a partir de ese respaldo, contra los que quieren ponerlo otra vez bajo el pie, ejercer la crítica de los errores y desvíos que puede registrar toda política de liberación nacional, al enfrentar al atraso y la hipertrofia económica que impuso al país el dominio extranjero.

Las sectas seudotrotskistas del FIT no desconocen, por degradadas que estén, que en la década del 30 Trotsky levanta, contra un desvío “trotskista” estadounidense, la bandera de la defensa incondicional de la URSS, rechazando la tesitura de que la degeneración stalinista y su uso del terror anularan las bases del orden alcanzado, y pusieran fin al deber de sostener las conquistas de Octubre contra el imperialismo mundial. ¿Es preciso decir que la diferencia abismal entre el régimen de Stalin y el que impera en Cuba incrementa las razones para no dudar de que esa patria amiga merece el apoyo de cualquier latinoamericano bien nacido? Es posible dar diversas pruebas de que existe en Cuba una notable tolerancia –tener en cuenta que “está lejos de Dios y muy cerca de EEUU”, como dijo Porfirio Díaz respecto a Méjico –ante la crítica planteada desde el campo de quiénes defienden la revolución. Una de ellas, que citamos por conocida, es el caso del novelista Padura, que no se autocensura ante los problemas y males de su patria, y escribe y publica sin ser molestado.

Celia Hart, hija del histórico dirigente Armando Hart, ni siquiera oculta su cercanía con León Trotsky. Contrastan los “trotskistas” con Alan Woods, el marxista británico, que dijo en Cuba en el 2006, ante estudiantes universitarios: “Considero que la defensa de las revoluciones cubana y venezolana es un deber elemental del movimiento obrero y la izquierda.” De igual modo –esto es más grave para un marxista– se apartan abiertamente de las pautas fijadas en los primeros Congresos de la Internacional Comunista, aún inspirados por Lenin y Trotsky.

Llama la atención, al mismo tiempo, que en el caso particular de la cuestión cubana, de Vietnam y de Venezuela, privilegian su inclinación al sectarismo ultraizquierdista pro-imperialista, contrariando la “lógica” que los ha llevado en los últimas décadas a un electoralismo craso – denunciado por el propio Jorge Altamira, hoy expulsado–, impulsándolos a seguir las modas del “progresismo”, sin criticar sus contradicciones y límites de clase. ¿No es acaso obvio para un marxista que las tendencias predominantes del feminismo, el indigenismo y el ambientalismo deben ser evaluadas con sentido crítico –para eso existe el método marxista– para depurar y asumir sus contenidos legítimos, articulados con la lucha por emancipar a la patria y sus grandes mayorías? Curiosamente, estos “trotskistas”, mientras en esos temas van a la zaga del votante semi “izquierdista”, lo disgustan cuando combaten contra los países gobernados por fuerzas que se reivindican socialistas, como China, Cuba, Vietnam y Corea, o a países enfrentados al imperialismo mundial, como Venezuela. En estos casos, pareciera operar un reflejo pavloviano anterior a la adopción del electoralismo juanbejustista actual, que les exige coquetear con una facción pequeñoburguesa situada a la izquierda del país oligárquico, visceralmente antiperonista.

¿O se trata de secundar al imperialismo, siempre, ¡hasta perdiendo votos!? Sea cual sea la brújula que los guía, es su conducta en Siria, donde han descubierto una “oposición democrática al dictador Bashar al-Asad”, casualmente bombardeado por EEUU y la UE; en la Argentina, en la cual so pretexto de que “Macri y Scioli son lo mismo” ayudaron en el 2015 al triunfo del PRO, negándose a votar en la segunda vuelta al candidato del bloque nacional-popular; en Cuba, alegando que allí se impuso “un ajuste” y su gobierno propugna una “restauración capitalista” ¡Vaya a saberse por qué razón esa “restauración” no cuenta con las simpatías de Mister Biden! Es un misterio. Pero una cosa es clara, esa sí: con el FIT no cuenten en ningún caso, si están luchando por liberar a una patria.

Córdoba, 27 de julio de 2021